Prueba Paper Beast: ¿nueva pepita para la realidad virtual o un simple juego de papel maché?

Prueba Paper Beast: ¿nueva pepita para la realidad virtual o un simple juego de papel maché?Desde los primeros momentos, Paper Beast es confuso. Una interfaz de computadora seguida de una aplicación musical “SwirlyBeat”, antes de proceder a levantar el telón usted mismo usando el DualShock 4 o PlayStation Move: como introducción, es todo menos clásico. Mirando hacia arriba, nos damos cuenta de que una enorme criatura (perdón, entidad) nos observa con palpable curiosidad. Ni un indicador, ni un mapa, ni una instrucción, ni un sonido, excepto el del viento que barre la arena de la gran extensión del desierto donde nos encontramos. Estamos perdidos en medio de la nada, y ese es precisamente el efecto que busca Pixel Reef que, en ningún momento de la partida, nos tomará la mano. Observar el mundo que nos rodea y entender su ecosistema serán las claves para avanzar a través de los siete capítulos (cada uno dividido en tres niveles) que contiene Paper Beast. Además, mientras la primera entidad se aleja, una segunda de diminuto tamaño pasa ante nuestros ojos; entonces nos damos cuenta de que podemos agarrarlo para examinarlo mejor desde todos los ángulos. El código de colores de nuestro puntero es bastante fácil de asimilar: amarillo para los elementos que se pueden mover, rojo para los que no se pueden mover y azul para los que se pueden asociar a otros. Después del efecto del descubrimiento, nos atrevemos a aventurarnos un poco más, ya que los desarrolladores optaron por la teletransportación para (presumiblemente) limitar los efectos desagradables de la cinetosis. Funciona a la perfección, y aunque tengamos prisa, el cerebro y el estómago aguantan el susto.




Lejos de ser una aplicación asesina, lejos de ser perfecta, Paper Beast por otro lado ofrece un mundo onírico como ningún otro, y deja al jugador libertad de acción y deducción hasta trastornar su orientación.


Prueba Paper Beast: ¿nueva pepita para la realidad virtual o un simple juego de papel maché?Si hablamos de un ecosistema un poco más alto es sencillamente porque en el juego conviven diferentes organismos, basta con ver cómo actúan los Papyvorus cuando les entregas una bola de papel, para entender que la fauna y la flora están íntimamente ligadas. Al escudriñar las otras entidades, notamos que todas tienen su propio comportamiento. Por ejemplo, los empujadores construyen su nido acumulando bolas de arena, mientras que los tiradores arrancan plantas. También están los Sanders que forman montones de arena sobre el agua, sin olvidar a los Predators y los Voraxo dispuestos a devorar todo lo que se mueva. Los animales no son los únicos que han sido objeto de un cuidado muy especial (por no decir obsesivo), ya que Pixel Reef también se ha esforzado por respetar ciertos fenómenos naturales. Por lo tanto, Radiant derretirá un bloque de hielo, a diferencia de Freeze, que congelará el agua. Como en From Dust, la erosión también tiene su palabra, y como el agua es caprichosa en ocasiones, es mejor manejar la arena con precisión para no ser sorprendido por la corriente. Hablando de agua, dos acertijos nos sorprendieron por la forma en que manejan su física; te dejamos la sorpresa. Por último, también podemos mencionar al viento que tiene derecho a su cuarto de hora de gloria: con el origami como protagonistas, la ocasión era demasiado buena. Estas interacciones, inusuales en otras producciones, se vuelven emocionantes aquí, ya que cada uno de nuestros hallazgos es una posible solución a las ecuaciones presentadas por Paper Beast.




HOJA DE PAPEL


Prueba Paper Beast: ¿nueva pepita para la realidad virtual o un simple juego de papel maché?Tranquilícense los menos ingeniosos: ninguno es insoluble. La mayoría de los elementos que necesitamos para conducir nuestro pensamiento, a menudo se colocan debajo de nuestras narices; y en su caso, los teletransportadores ubicados en altura permiten tener una mejor visión general. A cambio de esta facilidad que a veces le sirve al juego, los desarrolladores no han integrado ninguna ayuda, ninguna pista susceptible de poner en el camino. Por otro lado, habría estado en total contradicción con ese deseo de sacar al jugador de su zona de confort. Pese a todo, podemos culpar a Paper Beast de la falta de regularidad en sus puzles cuando sigue siendo uno de los componentes principales del título. Más concretamente, entre dos acertijos bien pensados, nos encontramos con algunos acertijos que resolvemos rápidamente. Esta falta de inspiración no solo refuerza la redundancia del juego, sino que también hace que parezca que los desarrolladores han cedido al relleno. Honestamente, hay acertijos que son absolutamente inútiles, y probablemente hubiera sido más inteligente omitirlos en favor de pasajes dedicados únicamente a la contemplación. Porque a pesar de los límites gráficos inherentes a la realidad virtual, Paper Beast es una pintura que nunca nos cansamos de mirar. Podríamos compararlo con esos mundos imaginarios con los que soñamos y esperamos encontrar la noche siguiente. Si el encanto ya funciona cuando el cielo está despejado y el sol cae a plomo, la dirección artística refinada adquiere una dimensión completamente nueva tan pronto como el clima oscurece.


Más concretamente, entre dos acertijos bien pensados, nos encontramos con algunos acertijos que resolvemos rápidamente. Esta falta de inspiración no solo refuerza la redundancia del juego, sino que también hace que parezca que los desarrolladores han cedido al relleno.




Prueba Paper Beast: ¿nueva pepita para la realidad virtual o un simple juego de papel maché?No pensamos necesariamente en ráfagas de viento o figuras que se creen nubes, más bien nos referimos al crepúsculo y sus colores impregnados de lirismo. Aunque lo vislumbramos mientras cruzamos las cuevas, es solo al aire libre que todo explota en la cara. La guinda del pastel: la sublime banda sonora que sabe ser discreta cuando hace falta, como para no correr el riesgo de interrumpir la inmersión tan querida por Eric Chahi. Paper Beast también es un modo "Sandbox" donde el jugador puede crear sus propios niveles usando diferentes herramientas, sabiendo que algunos (animales, objetos, plantas, entre otros) deberán desbloquearse a través de la campaña principal. . El momento ideal para comprender mejor ciertos comportamientos que no nos habrían saltado a la vista, incluso si los sorteamos rápidamente, como la reproducción o el impacto del clima en las entidades. Tenga en cuenta que un indicador determina la cantidad de elementos que puede contener un mapa y que hay una forma de guardar hasta ocho creaciones. En términos de ergonomía, no es una locura, lo que también permite resaltar las preocupaciones de precisión cuando los animales se superponen frente a un objeto que se desea mover. Nada particularmente prohibitivo, dicho eso.



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