Prueba Wild Earth: Safari Africano

    En efecto, Wild Earth: African Safari nos lleva al corazón del continente africano para producir nada menos que once reportajes sobre los animales que habitan en la sabana como elefantes, jirafas, rinocerontes, hienas, cebras, etc. El principio es simple: en cada misión, caminamos en la naturaleza mientras nos movemos con el Nunchuk y tomamos las fotos solicitadas con el Wiimote que sirve como puntero y disparador. Obviamente, también puedes hacer zoom para ver a los animales más de cerca, pero también para inmortalizar momentos divertidos. Se trata pues de llevar a un elefante embistiendo, a una jirafa olfateando la cola de otro (¡verdad!), a un león descansando sobre una roca o incluso a jabalíes rodando por el barro. Hay objetivos primarios pero también secundarios, no realmente imprescindibles para progresar pero que te motivarán a no perderte nada del soberbio espectáculo que te depara la sabana en 3D... ¿Soberbio? No tanto en realidad. Hay que admitirlo, los animales poligonales son lindos como cualquier cosa, pero no va muy lejos. Sobre todo porque los decorados carecen de detalles y, además, la animación tiene el lujo de remar a la ligera incluso si no hay multitud en la pantalla. En definitiva, nada para delirar y olvidarse de la cruel falta de profundidad en la jugabilidad. De hecho, caminar y tomar fotografías es divertido durante diez minutos, pero rápidamente se vuelve fatalmente repetitivo. Oh, por supuesto, debes tener cuidado de no perturbar la vida de nuestros amigos animales, de lo contrario puedes perder tu misión, pero realmente debes hacerlo a propósito para perder. Por lo tanto, no hay desafío, no hay un aspecto realmente divertido. Wild Earth: African Safari podría contentarse con ser un producto bastante contemplativo, pero como decíamos más arriba, habría requerido que la realización fuera excepcional, lo que está lejos de ser el caso. Incluso los minijuegos para desbloquear, lo más simplistas posibles y el modo cooperativo, anecdótico, no acaban de convencer. Seamos justos, todavía hay una buena idea: el lado instructivo. Porque a lo largo de tu viaje, el juego te brinda información sobre los animales que inmortalizas, sin mencionar que al final de cada misión, puedes leer el informe resultante, ilustrado con tus propias fotos, por supuesto. Hay, por tanto, un ligero aspecto educativo, pero eso no es suficiente para subir el nivel. Sinceramente, olvídate rápidamente de Wild Earth: African Safari y cómprate un buen documental de National Geographic: es fascinante, instructivo, siempre muy bonito de ver... ¡y sobre todo más barato!







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