Trinquete de prueba: Gladiador

    Trinquete de prueba: GladiadorUn año después del simpático pero no menos polémico Ratchet & Clank 3, Insomniac Games nos invita a seguir por cuarta vez las aventuras de su dúo de mascotas, Ratchet el lombax y Clank, su inquebrantable amigo de por vida. Bueno, no del todo porque aunque Clank sea parte de esta nueva epopeya, ha sido relegado al puesto de asistente de línea directa, responsable de asesorar a Ratchet durante sus múltiples enfrentamientos. No más galaxias que salvar, sus vidas ahora están en peligro y para mantener la cabeza sobre sus hombros, Ratchet se ve obligado a participar en un reality show de televisión llamado Dreadzone. Una historia nada original por un centavo que demuestra la falta de inspiración por parte de los guionistas de la serie. No es de extrañar teniendo en cuenta el ritmo de trabajo que debe aportar el equipo para estar presente al final de cada año. Aún así, nuestro felino se encuentra envuelto en una carcasa de metal que le sirve en particular como escudo protector contra la horda de criaturas metálicas a las que tendrá que enfrentarse.



     

    Factor miedo

     

    Trinquete de prueba: GladiadorA pesar de la ausencia de Clank, Ratchet cuenta con el apoyo de dos robots de combate, una especie de drones, que lo apoyan con su fuego pesado pero también en las diversas acciones a realizar. De hecho, gracias a la cruz direccional, Ratchet puede comunicarse con ellos en cualquier momento y asignarles órdenes específicas. Reagruparse, piratear un sistema electrónico, atornillar un perno, estos dos robots obedecen al dedo y al ojo. La guinda del pastel, también pueden regenerarse automáticamente (todavía tienes que asignar el orden) si alguna vez caen en el campo de batalla. En definitiva, lejos de ser una estupidez, incluso resultan extremadamente efectivos cuando es necesario limpiar la pantalla de acero de parásitos que salen de no sé dónde. Lanzado en paracaídas en el corazón de la acción, el jugador familiarizado con los episodios anteriores de la serie encontrará sus marcas con una facilidad desconcertante. Y por una buena razón, Ratchet: Gladiator no ha evolucionado ni un ápice en comparación con su predecesor, que recordamos ya era una buena repetición de Ratchet & Clank 2: Locked & Loaded. Desde la realización (siempre tan prolija lo dicho) hasta la puesta en escena pasando por la jugabilidad, nada llegará para darle una buena patada al hormiguero.



    Trinquete de prueba: GladiadorTodavía equipado con su llave ajustable, Ratchet nuevamente tiene una plétora de armas secundarias para recolectar y que se divertirá mejorando de acuerdo con la frecuencia de uso. Al igual que en los episodios anteriores, los pequeños relés de comerciantes, colocados en todas partes de los niveles, le permiten hacer sus compras y, por qué no, comprar el último arma de moda por una tarifa. Para mantener el espíritu de la serie, siempre es coleccionando pernos como es posible hacer sus compras. El rumbo tampoco ha cambiado y tendremos que limpiar cada planeta antes de pasar al siguiente. Si antes los objetivos resultaban diversos, asegurando cierta variedad en el juego, en Ratchet: Gladiator solo se nos pide eliminar sin pensar a la escoria del rincón. Si la elección de darnos un juego explosivo nos parece más acertada, Insomniac Games también cae en el cliché del juego que lo tiene todo en los músculos y nada en la cabeza.

     

    Demasiada acción mata la acción

     

    Trinquete de prueba: GladiadorAvanzamos, disparamos, avanzamos, disparamos, avanzamos, explotamos, he aquí en pocas palabras la idea básica de Ratchet: Gladiator. Divertido o incluso relajante, el concepto muestra rápidamente sus límites, haciéndonos hundir en una monotonía implacable. De hecho, hay algunas fases a los mandos de los vehículos (araña mecánica, air-bike, buggy) que marcan el curso del juego, pero una vez más, todo lo que tienes que hacer es dejar el dedo presionado en el gatillo y liquidar todo lo que está a menos de 50 metros para encadenar los eventos. Sobre todo porque estos desafíos son relativamente cortos y se repiten incansablemente de un planeta a otro. Y cuando sepamos que quedan diez planetas por purificar, intentaremos una pequeña incursión en el modo multijugador. Integrado bastante apresuradamente en Ratchet & Clank 3, el juego multijugador tampoco ha evolucionado realmente desde el año pasado. Eliges tu avatar entre más de veinte personajes y te lanzas al asalto de unos modos de juego un poco clásicos. Deatmatch, Team Deatmatch, Capture The Flag, King of the Hills (manteniendo una posición por tiempo limitado), tantas variantes que se jugarán tanto a pie como a bordo de las máquinas ya disponibles en el modo en solitario. Pero muy rápidamente nos damos cuenta de las desventajas de moverse a pie. Movimiento lento, potencia de fuego débil y sujeto a una muerte más rápida, todo está hecho para obligarnos a pilotar los pocos vehículos disponibles. Con cuatro en pantalla dividida u ocho en línea, hay mucho que hacer. Lástima, sin embargo, que las arenas sean similares entre sí, limitando el juego a unos pocos fragmentos antes de apagar la consola definitivamente.





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